La nanotecnología es considerada una de las principales tecnologías del siglo XXI y se espera que solucione muchos de los problemas tanto tecnológicos como de salud y bienestar que hay actualmente.
El uso de nanopartículas en los productos de consumo diario, como por ejemplo: en los aerosoles que se emplean en cosmética, fármacos, pinturas, etc, y la exposición humana a estas está aumentando considerablemente, de ahí que sea primordial, desde el punto de vista científico y regulatorio, estudiar los efectos que dicha exposición puede tener sobre la salud humana.
Las nanopartículas que contienen los aerosoles se liberan en el aire y depositan generalmente en las vías respiratorias, pero se desconoce su proceso de envejecimiento y la influencia que puede tener la matriz química que las compone sobre el ser humano. Por ello, y con el fin de dar respuesta a estas dos incógnitas, nace el proyecto NANOaers cuyo principal objetivo es: producir diferentes perfiles toxicológicos de dos grandes grupos de nanopartículas pulverizadas sobre el tracto respiratorio para poder identificar los riesgos que tienen en la salud humana.
Liderado por el Instituto Alemán de Riesgos (BFR), esta investigación –aprobada por el SIINN en julio de 2015– se desarrolla junto con el Centro Tecnológico GAIKER-IK4, el Instituto Nacional de Tejidos y Cuero (INCDTP), la Universidad de Dresden, la Escuela de Salud Pública. Universidad de Harvard, y el Instituto Nacional de Standards y Tecnologías (NIST, EEUU).
La labor de GAIKER-IK4 en este proyecto, como Centro experto en el desarrollo y validación de estudios toxicológicos de las nanopartículas, será la de encargarse de evaluar la reacción que tienen los diferentes modelos de tejido pulmonar al ser expuestos a estos productos de forma aguda (una dosis) y crónica (diferentes dosis durante seis meses). De esta manera, se podrán valorar los efectos adversos que pueden tener las nanopartículas tanto sobre el trabajador como sobre el consumidor final.