Desde 1965, año en el que se construyó la primera planta de desalinización en España, ha crecido de manera exponencial la demanda de construcción de este tipo de plantas. De manera paralela se ha incrementado también la demanda de tubos de ósmosis inversa empleados para satisfacer las necesidades de dichas plantas. La ósmosis es un fenómeno relacionado con el comportamiento del agua como solvente de una solución ante una membrana semipermeable para el solvente (agua) pero no para los solutos (por ejemplo sal). Tal comportamiento entraña una difusión simple a través de la membrana, sin gasto de energía. Mediante este procedimiento es posible obtener agua desalinizada procedente de agua de mar.
En este contexto se sitúa el interés de Bekaert Progressive Composites –filial situada en Mungia (Bizkaia) de la conocida multinacional- de profundizar en el estudio de posibles mejoras en el funcionamiento y rendimiento de los tubos de ósmosis inversa empleados en la actualidad. Además, la creciente demanda de tubos invita también a dedicar recursos a la I+D+i, que permitan el desarrollo de nuevos materiales y procesos de fabricación con objeto de reducir los costes de fabricación y el peso de las unidades fabricadas, facilitando así su posterior montaje, manipulación, etc. El proyecto de I+D+i en el que GAIKER-IK4 está colaborando con Bekaert en la actualidad se centra concretamente en la identificación de las diferentes partes del tubo de ósmosis inversa. Estas serán modificadas en lo que a diseño se refiere para luego ser adecuadas a los materiales compuestos y sus procesos de fabricación.
Las ventajas de los materiales compuestos
Los componentes empleados en la actualidad están fabricados en materiales metálicos, que exigen diferentes tratamientos superficiales. Estos tratamientos dotan a las piezas de resistencia química, pero también encarecen sensiblemente la pieza final. Por otro lado, son materiales relativamente pesados, siendo ésta una desventaja que tampoco presentan los
composites en los que se está trabajando en el marco del proyecto.
Los materiales compuestos o composites son aquellos compuestos por dos o más componentes físicamente distinguibles. Sus propiedades mecánicas son superiores a la simple suma de las propiedades de sus componentes. Estos materiales nacen de la necesidad de obtener materiales que combinen las propiedades de los cerámicos, los plásticos y los metales. Son habituales, por ejemplo, en industrias como la del transporte, donde se requieren materiales ligeros, rígidos, resistentes al impacto y también a la corrosión y el desgaste; propiedades que rara vez confluyen.
En este caso particular, las exigencias de la empresa apuntan a un material que sea rígido y a la vez resistente, puesto que debe cumplir con unas exigencias mecánicas elevadas. Interesa asimismo que el nuevo material para los tubos de ósmosis inversa aguante diferentes ataques químicos y que además sea ligero.
Por el contrario, en lo relativo a los procesos de transformación, los procesos utilizados hoy día en la fabricación de los componentes metálicos, no sólo gravan considerablemente el precio final de la pieza, sino que además permiten una capacidad de fabricación relativamente baja. De ahí que los procesos de transformación viables en el caso de los materiales compuestos, favorables en ambos sentidos, resulten una opción interesante.